En el Centro Histórico de Valencia emergió un espacio colonial que inició como
galería de arte. Posteriormente su fundador, el ingeniero Marco Gretter, logró
adquirir dos propiedades cercanas, lo cual le permitió ampliar el espacio y crear una
posada.
Nueve años han pasado desde el inicio de ese proyecto y ahora cuenta con 20
habitaciones equipadas cada una con su baño, aire acondicionado, tv, agua fría y
tibia, wifi y estacionamiento privado, detalló su creador.
Solo recorrer sus espacios es conectarte con la historia y la cultura, debido a que
cuidaron muchos detalles para mantenerlos lo más cercano a su presentación
original.
“Soy ingeniero y me gusta expresar ese arte en la parte constructiva y decorativa.
En este caso en particular, significaba el rescate de una casa con más de 200 años
de historia, me atrajo mucho el hecho de recuperar lo posible y adaptar lo que no se
pudo rehabilitar”, explicó Gretter.
Enfatizó que, entre la receptividad de sus huéspedes, al momento de visitarlas,
muchos la refieren que se sienten “como en Mérida”, porque la posada tiene el estilo
colonial.
Acotó que, como parte de su apoyo al arte, en cada habitación y en el resto de las
instalaciones pueden ver obras de reconocidos artistas plásticos venezolanos. El
ingeniero exhibió con orgullo una de sus piezas favoritas del artista porteño Raúl
Marcano, e incluso, añadió que es una obra hecha con la técnica de paralelismo.
En casi una década de operaciones, el fundador de la Posada la Pastora fue
condecorado con la Orden Arturo Michelena en su única clase, otorgada por la
Alcaldía de Valencia. Gretter presume que se debe a la labor realizada, que
convirtió a la posada en el epicentro de muchos otros lugares atractivos para visitar
en el Centro Histórico de la ciudad.